O como convivir día a día con el rugby y no morir en el intento

Blog sin alardes, que solo pretende contar mis experiencias en el mundo del rugby, ya que este bendito deporte se ha convertido en mi día a día.
Estos son mis Días de Rugby... O como convivir día a día con el rugby y no morir en el intento...

Sobre el autor...

Licenciado en CC. de la Actividad Física y del Deporte. Estudiante del Master de Director Deportivo. Entrenador Nacional de Rugby. Entrenador del Liceo Francés, en las categorías prebenjamines (sub-10), cadetes (sub-18) y juveniles (sub-20). Entrenador de rugby de la Universidad de Comillas. Jugador del Liceo Francés, equipo Senior DHB.

lunes, 2 de enero de 2012

Jugador de rugby: Subir la cuesta del Urtubi

La primera entrada para definir mi relación con el rugby la voy a dedicar a mi faceta como jugador.

Actualmente juego en el Liceo Francés de Rugby, en el equipo de División de Honor "B".

Mi historia como jugador de rugby la verdad es que es bastante breve... Tras jugar algunos años en el ámbito universitario, con el equipo del INEF, me decidí a federarme, por probar una nueva experiencia y jugar un rugby más competitivo que el de la Liga Universitaria.
Tres años llevo como jugador federado... El primero, jugando en el 2º Equipo, muy buen año que jugué muchisimo y disfruté en la Primera Regional de Madrid... El segundo año, subí al primer equipo. Un año duro, ya que jugué poquisimo, siendo suplente habitual, pero esforzándome como el que más e intentado aprender y esconder mis carencias como el jugador inexperto que soy.
Y en este tercer año, todo da un vuelco. Consigo hacerme un sitio como tercera línea titular y estoy disputando muchos minutos.

Esto a nivel individual. A nivel colectivo es otra historia. Pese a tener una plantilla con bastante calidad y juventud, es una plantilla muy corta. Hay jugadores de gran calidad en todas las líneas, pero nos falta compromiso individual, sobretodo en los entrenamientos. Esto complica mucho la labor de los entrenadores (a mi gusto, dos grandes entrenadores, de los que estoy aprendiendo mucho como jugador, pero también como entrenador - Rubén Duque y César Archilla), ya que muchas veces no disponen ni de jugadores para elaborar entrenamientos decentes.
Al final, todo esto se traduce en falta de ritmo de juego y, seguramente, un descenso de la competividad y del nivel de la plantilla. Sin embargo y con todos estos problemas, se ha consolidado un grupo de 16 o 17 jugadores que vamos a dar mucha guerra este fin de temporada.

Creo que esta es una tónica general en nuestro deporte. Salvo los equipos de División de Honor A y algunas excepciones, en España aún no conseguimos ni ser amateurs, ya que en muchas ocasiones y el Liceo es un ejemplo, no es que seamos jugadores que no cobran, si no que no somos ni jugadores, si entendemos por jugador una persona que ENTRENA y JUEGA.

Para terminar, como jugador, destacaría que he conseguido jugar en un buen nivel pese a mi inexperiencia y las trabas con las que nos encontramos para alcanzar un buen nivel de entrenamiento. Cada entrenamiento y cada partido me sirven para mejorar como jugador y como entrenador.
Y como persona, nunca voy a olvidar la sensación que produce saltar al campo SUBIENDO LA CUESTA DEL URTUBI. Quién ha jugado en el Liceo, sabe que es eso.

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